«Dos cosas colman el ánimo con una admiración
y una veneración siempre renovadas y crecientes, cuanto más frecuente y
continuadamente reflexionamos sobre ellas: el cielo estrellado sobre mí y la
ley moral dentro de mí.» Emmanuel Kant
INTRODUCCIÓN
Como es habitual trataremos de partir
del propio concepto de diagnóstico psicopedagógico para así poder comprender
sus constructos, categorías y nociones. El término diagnóstico procede de las
partículas griegas diá, que significa «a través de», y gnosis, que quiere decir
«conocimiento». Es decir, su significado etimológico es «conocimiento de alguna
característica utilizando unos medios a través del tiempo o a lo largo de un
proceso». Además, el adjetivo psicopedagógico implica que este conocimiento
está relacionado con la psicología y la educación.
De este modo, podemos definir el
diagnóstico psicopedagógico como un proceso a través del cual «se trata de describir, clasificar,
predecir y, en su caso, explicar el comportamiento de un alumno en el contexto
escolar. El diagnóstico incluye un conjunto de actividades de medición y
evaluación de la persona (o grupo) o de la institución con el fin de proporcionar
una orientación» (Buisán y Marín, 1987: 13).
El quehacer de la actividad práctica
pedagógica no se puede encerrar de forma única y exclusiva en la transmisión
mecánica del conocimiento, este proceso se debe realizar de manera dinámica; el
docente será el guía del proceso y promoverá la participación activa de los
alumnos. Por lo que debe ir mucho más allá o sea que permita el pleno conocimiento
de las competencias académicas y el desarrollo psicológico del educando,
elementos indispensables para poder iniciar todo proceso educativo.
Para conocer el desarrollo psicológico
de los alumnos y sus conocimientos previos, se hace uso de un diagnóstico
psicopedagógico. El diagnóstico es un conocimiento de carácter científico que
se obtiene, por un lado, de la información recogida a través de la acumulación
de datos procedentes de la experiencia y, por otro lado, de la información
recogida a través de medios técnicos (instrumentos psicométricos y test), lo
cual implica una labor de síntesis de toda la información recogida y una cierta
competencia o dominio técnico del orientador.
TESIS DE LOS AUTORES
Según Molto
(1993) “El diagnostico psicopedagógico
es una herramienta de gran utilidad para el ámbito educativo, ya que éste
identifica y evalúa las necesidades educativas que ocurren en el alumno y que
impiden su aprendizaje”
Con el fin
de hacer una intervención en base a las necesidades del alumno, orientar su
desarrollo educativo, para que no sea afectado su rendimiento escolar, el
diagnóstico psicopedagógico según Bruecker y Bond, (1981, pág. 13), busca “identificar los factores de las situaciones de enseñanza aprendizaje
que pueden interferir el óptimo desarrollo del individuo”
Los
principales objetivos del diagnóstico psicopedagógico según Bruecker y Bond (1981)
son: “comprobar el progreso de las metas
educativas, identificar los factores que puede inferir el óptimo desarrollo
individual, adecuar la situación de enseñanza aprendizaje a las características
y necesidades de cada alumno con el fin de asegurar su desarrollo continuo y de
ayudarle a superar las dificultades y/o retrasos.”
En base a
sus objetivos, Buisán y Marín (1987) señalan como funciones principales del
diagnóstico psicopedagógico las siguientes:
- Función preventiva y predictiva: Se trata de conocer las
posibilidades y limitaciones del individuo para prever el desarrollo y el
aprendizaje futuros.
- Función de identificación del problema y de su gravedad: Pretende
averiguar las causas, personales o ambientales, que dificultan el desarrollo
del alumno para modificarlas o corregirlas.
- Función orientadora: Su finalidad es proponer pautas para la
intervención, de acuerdo con las necesidades detectadas.
- Función correctiva: Consiste en reorganizar la situación
actual mediante la aplicación de la intervención y las recomendaciones
oportunas.
Nota:
Las personas creativas a menudo comparten ciertos rasgos y
características que fomentan su capacidad para generar ideas innovadoras:
§
Curiosidad: Una mente abierta y deseosa de explorar nuevas ideas y
perspectivas.
§
Flexibilidad: La capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y
considerar múltiples enfoques.
§
Tolerancia al Riesgo: Están dispuestos a asumir riesgos y probar soluciones no
convencionales.
§
Persistencia: La disposición a perseverar a pesar de los obstáculos y los
fracasos.
§
Pensamiento Crítico: Evalúan y cuestionan las ideas desde diversas perspectivas.
§
Intuición: Confían en su intuición y en la conexión entre ideas
aparentemente no relacionadas.
§
Estas
características contribuyen a la mentalidad creativa y al desarrollo de ideas
frescas y originales.
Según Ricardo Torres “Una organización que fomenta un entorno creativo promueve la generación
constante de ideas frescas y desafiantes. La creatividad no solo reside en el
departamento de diseño o en equipos específicos; es un recurso que debe
nutrirse en todos los niveles y departamentos de la empresa” profetorres@outlook.com